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Laudes
La Transfiguración del Señor.
Fiesta

6 de Agosto

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVITATORIO

V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

HIMNO

Jesús de dulce memoria,
que das la paz verdadera;
más dulce que toda miel
es tu divina presencia.

Nada se canta más suave,
ni grato se experimenta,
ni alegría mayor hay
que de Cristo un alma llena.

Jesús, tu dulzura excede
--fuente de paz verdadera--
todos los gozos humanos,
cuando el hombre soñar pueda.

Si nuestras mentes visitas,
la luz de verdad destella,
el mundo aparece vano,
todo, tu amor lo supera.

Danos benigno, perdón,
de la gracia gran cosecha;
haz que gocemos perennes
de tu esplendor la presencia.

Cantamos tus alabanzas,
Jesús, sentado a la diestra
de tu Padre, cuyo Amor
tu ser divino revela. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 Hoy en el monte el Señor Jesucristo brillaba
en su rostro como el sol y resplandecía en sus
vestidos como la luz.

- Salmo 62 -

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansias de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a las sombras de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Hoy en el monte el Señor Jesucristo brillaba
en su rostro como el sol y resplandecía en sus
vestidos como la luz.

Ant. 2 Hoy, al transfigurarse el Señor y al escucharse
la voz del Padre, que daba testimonio de él, fueron
vistos Moisés y Elías, circundados de gloria y hablando
la muerte que Jesús iba a padecer.

Cántico.
Dn. 3,57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieve, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzadlo, por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Hoy, al transfigurarse el Señor y al escucharse
la voz del Padre, que daba testimonio de él, fueron
vistos Moisés y Elías, circundados de gloria y hablando
la muerte que Jesús iba a padecer.

Ant. 3 La ley se nos dio por mediación de Moisés y la
profecía por mediación de Elías: ambos se han
aparecido hoy, circundados de gloria y conversando
con el Señor en el monte santo.

-Salmo 149-

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes coa argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 La ley se nos dio por mediación de Moisés y la
profecía por mediación de Elías: ambos se han
aparecido hoy, circundados de gloria y conversando
con el Señor en el monte santo.

LECTURA BREVE

Ap 21, 10.23

El ángel me transportó en espíritu a un monte al-
tísimo y me enseñó la ciudad santa. Jerusalén, que
bajaba del cielo, de junto a Dios. La ciudad no nece-
sita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la
ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero.

RESPONSORIO BREVE

V. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
Aleluya, aleluya.
R. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
Aleluya, aleluya.

V. Lo colocaste por encima de todas tus creaturas.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. De la nube salió una voz que dijo: "Éste es mi Hijo
amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo."
Aleluya.

Cántico de Zacarías
Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. De la nube salió una voz que dijo: "Éste es mi Hijo
amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo."
Aleluya.

PRECES.

Acudamos al Padre que maravillosamente transfi-
guró a Jesucristo, nuestro Salvador, en el monte san-
to, y digámosle con fe:

Que tu luz, Señor, nos haga ver la luz.

Padre lleno de amor, tú que, transfiguraste a tu
Hijo amado en la montaña santa y, por medio de
la nube luminosa, te manifestaste a ti mismo,
haz que escuchemos siempre fielmente la voz de
tu Hijo amado.

Señor, tú que nos nutres de lo sabroso de tu casa
y nos das a beber del torrente de tus delicias,
haz que sepamos contemplar en la gloria de tu
Hijo transfigurado nuestra futura condición glo-
fiosa.

Tú que hiciste que del seno de las tinieblas brillara
la luz y haz hecho brillar nuestros corazones para
que contemplaran tu gloria en el rostro de Cristo,
haz que tu Iglesia viva atenta a la contemplación
de las maravillas de tu Hijo amado.

Tú que nos has llamado con una vocación santa
por tu gracia manifestada con la aparición de nues-
tro Salvador, Cristo Jesús,
ilumina a todos los hombres con el Evangelio,
para que lleguen al conocimiento de la vida inco-
rruptible.

Padre amantísimo, tú que nos has tenido un amor
tan grande que has querido nos llamáramos hijos
tuyos y que lo fuéramos en verdad,
haz que, cuando Cristo se manifieste en su gloria,
nosotros seamos semejantes a él.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Ya que Dios nos ha llamado a ser sus hijos, acuda-
mos a nuestro Padre, diciendo:
Padre nuestro .............

ORACIÓN.

Señor Dios, que en la gloriosa transfiguración de
Jesucristo confirmaste los misterios de la fe con el
testimonio de Moisés y de Elías, y nos hiciste entre-
ver en la gloria de tu Hijo la grandeza de nuestra
definitiva adopción filial, haz que escuchemos siem-
pre la voz de tu Hijo amado y lleguemos a ser un
día sus coherederos en la gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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