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Vísperas
SAN PEDRO Y PABLO, apóstoles.
Solemnidad

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

La hermosa luz de eternidad inunda
con fulgores divinos este día,
que presenció la muerte de estos Príncipes
al pecador abrió el camino de la vida.

Hoy lleváis la corona de la gloria,
padres de Roma y jueces de los pueblos:
el maestro del mundo, por la espada;
y, por la cruz, el celestial portero.

Dichosa tú que fuiste ennoblecida,
oh Roma, con la sangre de estos Príncipes,
y que, vestida con tan regia púrpura,
excedes en nobleza a cuanto existe.

Honra, poder y sempiterna gloria
sean al Padre, al Hijo y al Espíritu,
que en unidad gobiernan toda cosa
por infinitos e infinitos siglos. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 Yo he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no
desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma
a tus hermanos.

- Salmo 115 -

Tenía fe, aun cuando dije:
" ¡Qué desgraciado soy!"
Yo decía en mi apuro:
"Los hombres son unos mentirosos."

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de Ti. Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Yo he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no
desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma
a tus hermanos.

Ant. 2 Muy a gusto presumo mis debilidades, porque así
residirá en mí la fuerza de Cristo.

-Salmo 125-

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos."
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes de Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Muy a gusto presumo mis debilidades, porque así
residirá en mí la fuerza de Cristo.

Ant. 3 Tú eres pastor de las ovejas. Príncipe de los
apóstoles; a ti te han sido entregadas las llaves
del reino de los cielos.

Cántico
Ef. 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Tú eres pastor de las ovejas. Príncipe de los
apóstoles; a ti te han sido entregadas las llaves
del reino de los cielos.

LECTURA BREVE

1Co 15, 3-5.8

En primer lugar os comuniqué el mensaje que
yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pe-
cados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó
al tercer día y vive, según lo anunciaron también las
Escrituras. Que se apareció a Cefas y luego a los
Doce. Por último, se apareció también a mí.

RESPONSORIO BREVE

V. Los apóstoles anuciaban la palabra de Dios
con valentía.
R. Los apóstoles anuciaban la palabra de Dios
con valentía.

V. Y daban testimonio de la resurrección del Señor.
R. Con valentía.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los apóstoles anuciaban la palabra de Dios
con valentía.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Pedro, apóstol, y Pablo, maestro de los gentiles,
nos han anunciado tu palabra, Señor.

Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Pedro, apóstol, y Pablo, maestro de los gentiles,
nos han anunciado tu palabra, Señor.

PRECES.

Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor, que quiso
edificar su Iglesia sobre el cimiento de los apóstoles
y profetas, y digámosle confiados:

Socorre, Señor, a tu pueblo.

Tú que llamaste a Pedro para hacerlo pescador de
hombres,
no dejes de llamar obreros a tu mies para que el
mundo se salve.

Tú que increpaste a los vientos y al mar para que
la barca de los discípulos no se hundiera,
protege a tu Iglesia de toda perturbación y for-
talece al sucesor de Pedro.

Tu que, después de la resurrección, congregaste en
torno a Pedro tu grey dispersa,
reúne a tu Iglesia en un solo aprisco.

Tú que enviaste a Pablo a evangelizar a los paga-
nos,
haz que el anuncio de la salvación llegue a todos
los pueblos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Tú que diste a la Iglesia las llaves del reino de los
cielos,
abre las puertas de la felicidad a los que durante
su vida confiaron en tu misericordia.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los
apóstoles:

Padre Nuestro ........

ORACIÓN.

Señor, Dios nuestro, concédenos la poderosa ayu-
da de los santos apóstoles Pedro y Pablo, para que
aquellos mismos que nos comunicaron las primeras
enseñanzas de la fe nos obtengan ahora, con su in-
tercesión, el auxilio necesario para llegar a la salva-
ción eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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