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Vísperas
Jueves VI de Pascua

Cirio Pascual

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Es la Pascua real, no ya la sombra,
la verdadera Pascua del Señor;
la sangre del pasado es sólo un signo,
la mera imagen de la gran unción.

En verdad, tú, Jesús, nos protegiste
con tus sangrientas manos paternales;
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.

Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne
reconciliada con tu Padre eterno;
y desde arriba, vienes a llevarnos
a la danza festiva de tu cielo.

Oh gozo universal, Dios se hizo hombre
para unir a los hombres con su Dios;
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción.

Cristo, Rey eterno, te pedimos
que guardes con tus manos a tu Iglesia,
que protejas y ayudes a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 Cristo está constituido por Dios juez de
vivos y muertos. Aleluya.

- Salmo 71 -
-I-

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rijas a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia al césped,
como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.

Que domine de mar a mar,
del Gran Río hasta el confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y Arabia
le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Cristo está constituido por Dios juez de
vivos y muertos. Aleluya.

Ant. 2 Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.

-II-

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;

Él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.

Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como las hiervas del campo.

Que su nombre sea eterno,
y su fama como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, Amén.!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.

Ant. 3 Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo
y lo será siempre. Aleluya.

Cántico
Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12ª

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo
y lo será siempre. Aleluya.

LECTURA BREVE

1Pe 3, 18.22

Cristo murió una sola vez por nuestros pecados,
siendo justo murió por nosotros los injustos, para lle-
varnos a Dios. Fue entregado a la muerte según la
carne, pero fue resucitado según el espíritu, Él, des-
pués de subir al cielo, está a la diestra de Dios y le
están sometidos los ángeles, las dominaciones y las
potestades.

RESPONSORIO BREVE

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Vuestra tristeza se convertirá en alegría, y nadie
os quitará vuestra alegría. Aleluya.

Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Vuestra tristeza se convertirá en alegría, y nadie
os quitará vuestra alegría. Aleluya.

PRECES.

Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Pa-
dre contituyó fundamento de nuestra esperanza y pri-
micia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo su-
plicantes:

Rey de la gloria, escúchanos.

Señor Jesús, tú que, por tu propia sangre y por tu
resurrección, penetraste en el santuario de Dios,
llévanos contigo al reino del Padre.

Tú que, por tu resurrección, robusteciste la fe de
tus discípulos y los enviaste a anunciar el Evangelio
al mundo,
haz que los obispos y presbíteros sean fieles heral-
dos de tu Evangelio.

Tú que, por la resurrección, eres nuestra reconci-
liación y nuestra paz,
haz que todos los bautizados vivan en la unidad
de una sola fe y de un solo amor.

Tú que, por tu resurrección, diste la salud al tullido
del templo,
mira con bondad a los enfermos y manifiesta en
ellos tu gloria.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Tú que, por tu resurrección, fuiste constituido pri-
mogénito de los muertos que resucitan,
haz que los difuntos que en ti creyeron y espera-
ron participen de tu gloria.

Terminemos nuestra oración con las palabras del
Señor:

Padre Nuestro ........

ORACIÓN.

Señor, Dios nuestro, que has otorgado a tu pueblo
el don de la redención, concédenos vivir eternamente
la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y rei-
na contigo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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