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Vísperas
Viernes II de Pascua
SANTA CATALINA DE SIENA,
virgen y doctora de la Iglesia.
Memoria

Nació en Siena el año 1347; siendo aún niña, movida por
su deseo de perfección, se hizo terciaria dominica. Inflamada
en amor a Dios y al prójimo, trabajó intensamente por la paz
y la concordia entre las ciudades, defendió con ardor los de-
rechos y la libertad del romano pontífice y promovió la re-
novación de la vida religiosa. También escribió varias obras
llenas de sana doctrina y de inspiración celestial. Murió el
año 1380

Cirio Pascual

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa tu costado.

Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor de espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tu mismo.

Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 El Señor ha salvado mi vida de los
lazos del abismo. Aleluya.

- Salmo 114 -

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida."

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue benigno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 El Señor ha salvado mi vida de los
lazos del abismo. Aleluya.

Ant. 2 El Señor guarda a su pueblo como
a las niñas de sus ojos. Aleluya.

- Salmo 120 -

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme,
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 El Señor guarda a su pueblo como
a las niñas de sus ojos. Aleluya.

Ant. 3 Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación. Aleluya.

Cántico.
Ap. 15,3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiesto.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación. Aleluya.

LECTURA BREVE

Hb 5, 8-10

Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendío por expe-
riencia, en sus padecimientos, la obediencia y, ha-
biendo así llegado hasta la plena consumación, se con-
virtió en causa de salvación para todos los que lo obe-
decen, proclamado por Dios sumo sacerdote "según el
rito de Melquisedec".

RESPONSORIO BREVE

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Siempre y en todo lugar, santa Catalina buscaba a Dios,
y lo encontraba y poseía, uniéndose al Señor por medio
de la caridad y del amor. Aleluya.

Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Siempre y en todo lugar, santa Catalina buscaba a Dios,
y lo encontraba y poseía, uniéndose al Señor por medio
de la caridad y del amor. Aleluya.

PRECES.

Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de
todo bien, y digámosle confiadamente:

Instaura, Señor, tu reino en el mundo.

Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste
devuelto a la vida por el Espíritu,
haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos
también de tu Espíritu.

Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero
para que proclamaran tu Evangelio a todos los
pueblos,
haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hom-
bres vivan de tu Espíritu.

Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tie-
rra para dar testimonio de la verdad,
guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.

Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar an-
helantes la llegada de tu reino,
haz que, cuanto mas esperemos el cielo nuevo y
la tierra nueva que nos prometes, con tanto ma-
yor empeño trabajemos por la edificación del
mundo presente.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Tú que descendiste a la mansión de la muerte para
anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos,
sé tú mismo la eterna alegría de todos los que
mueren.

Terminemos nuestra oración con las palabras del
Señor:

Padre Nuestro ........

ORACIÓN.

Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de
Siena el don de entregarse con amor a la contemplación
de la pasión de Cristo y al servicio de la Iglesia, haz
que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre
unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de
gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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