Nació en Aleçon (Francia), el año 1873. Siendo aún muy
joven, ingresó en el monasterio de carmelitas de Lisieux,
ejercitándose, sobre todo en la humildad, la sencillez evangéli-
ca y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar,
de palabra y de obra, en las novicias. Murió el díaa 30 de sep-
tiembre del año 1897, ofreciendo su vida por la salvación de
las almas y por el incremento de la Iglesia. Por la secillez
y claridad de sus escritos, y la sabiduría de su doctrina el
papa Juan Pablo II la nombró Doctora de la Iglesia universal
el 19 de octubre de 1997.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Presentemos a Dios nuestras tareas,
levantemos orantes nuestras manos,
porque hemos realizado nuestras vidas
por el trabajo.
Cuando la tarde pide ya descanso
y Dios está más cerca de nosotros,
es hora de encontrarnos en sus manos,
llenos de gozo.
En vano trabajamos la jornada,
hemos corrido en vano hora tras hora,
si la esperanza no enciende sus rayos
en nuestra sombra.
Hemos topado a Dios en el bullicio,
Dios se cansó conmigo en el trabajo,
es la hora de buscar a Dios adentro,
enamorado.
La tarde es un trisagio de alabanza,
la tarde tiene fuego del Espíritu:
adoremos al Padre en nuestras obras,
adoremos al Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia.
- Salmo 44 -
-I-
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te a ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia.
Ant. 2 Llega el esposo, salid a recibirlo.
-II-
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu Señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocados;
la llevan ante el rey, con séquitos de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
" A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes de toda la tierra,"
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant. 3 Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen
a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento
culminante.
Cántico
Ef. 1,3-10
Bendito sea Dios,
Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que nos a bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos a destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos a concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen
a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento
culminante.
LECTURA BREVE
1Ts 2, 13
Nosotros continuamente damos gracias a Dios, por-
que habiendo recibido la palabra de Dios predicada
por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana,
sino --como es en realidad-- como palabra de Dios,
que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Estad alegres, porque vuestros nombres están escritos
en el cielo.
Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Estad alegres, porque vuestros nombres están escritos
en el cielo.
PRECES.
Dios y Padre nuestro, que abres las puertas de tu rei-
no a los pequeños y a los humildes, haz que sigamos
confiadamente el camino de sencillez que siguió santa
Teresa del Niño Jesús, para que, por su intercesión, tam-
bién nosotros lleguemos a descubrir aquella gloria que
permanece escondida a los sabios y a los prudentes se-
gún el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.
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