Daniel +
1972-2001
INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
"No endurezcáis vuestro corazón."
HIMNO
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú que hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguir te empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados ...
Pero ¿cómo te digo que me esperes
si estás, para esperar, los pies clavados? Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Despertad, cítaras y arpas; despertaré a la aurora.
- Salmo 56 -
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a las sombras de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada:
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
Despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Despertad, cítaras y arpas; despertaré a la aurora.
Ant. 2 "Mi pueblo se saciará de mis bienes", dice el Señor.
Cántico
Jr. 31,10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
" el que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescato de una mano más fuerte."
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
a los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozará los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes
con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 "Mi pueblo se saciará de mis bienes", dice el Señor.
Ant. 3 Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios.
- Salmo 47 -
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
+
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad : los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
Allí los agarró un temblor
y dolores como de partos;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad de Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
Tu diestra está llena e justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirles a la próxima generación:
"Este es el Señor, nuestro Dios."
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE
1R 8, 51a . 52-53a
Nosotros, Señor, somos tu pueblo y tu heredad;
que tus ojos estén abiertos a las súplicas de tu sier-
vo y a la súplica de tu pueblo Israel, para escuchar
todos sus clamores hacia ti. Porque tú nos separaste
para ti como herencia tuya de entre todos los pueblos
de la tierra.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador
R. Él me librará de la red del cazador
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Si vosostros, siendo malos como sois, sabéis dar cosas buenas
a vuestros hijos, ¡con cuánta mayor razón las dará vuestro Padre
celestial al que se las pida!
Cántico de Zacarías
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable Misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si vosostros, siendo malos como sois, sabéis dar cosas buenas
a vuestros hijos, ¡con cuánta mayor razón las dará vuestro Padre
celestial al que se las pida!
PRECES.
Señor, haz que nos iniclinemos siempre a pensar
con rectitud y practicar el bien con diligencia y,
puesto que no podemos existir sin ti, concédenos vi-
vir siempre según tu voluntad. Por nuestro Señor Je-
sucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.
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